El líder de la banda de metal, Bruce Dickinson, criticó el excesivo precio de las entradas para el concierto del ex beatle en Chile.

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El vocalista de la banda británica Iron Maiden, Bruce Dickinson. que actuará este domingo en Santiago, consideró "ridículo" el precio de las entradas fijado en 2.250 dólares por su compatriota Paul McCartney para el concierto que ofrecerá el próximo 11 de mayo.

El mítico grupo de heavy metal ofreció en la tarde de este sábado una rueda de prensa en la capital chilena, adonde llegaron con retraso procedentes de Argentina tras sufrir unos problemas con los trámites de inmigración para salir de ese país.

La banda, que se presentará mañana en el Estadio Nacional de Santiago con su espectáculo "The final frontier", evitó referirse al episodio que vivió en 1992, cuando la Iglesia chilena solicitó que se les impidiera actuar en Chile al considerar que eran "satánicos".

"No estamos aquí para hablar de la iglesia ni de política. Chile es una democracia ahora y no nos importa lo que pasó antes. Ahora estamos aquí para tocar ante los muchachos, nada más", se limitó a decir el vocalista del grupo, Bruce Dickinson.

En esta ocasión, la banda grabará su concierto para editar un DVD que incluirá también la presentación que realizaron este viernes en Buenos Aires.

"Si decidimos grabar el DVD en Sudamérica, es porque tiene el mejor público del mundo. Aquí los fanáticos son muy locos, tienen mucha energía, mucha pasión", aseguró el bajista Steve Harris.

Las entradas para este recital oscilan entre 22.000 pesos (46 dólares ó 32 euros) y 70.000 pesos (147 dólares o 103 euros).

Para Dickinson, la fidelidad de su público se basa en el respeto que la banda les profesa y en su compromiso y la calidad de su trabajo.

"Respetamos a los fans y por eso ellos regresan (a los conciertos). Además, nos tomamos muy en serio nuestra música, hacemos un buen producto, no es basura. Nosotros nunca buscamos a los medios poderosos para apoyarnos, sino que buscamos llegar a la gente real, a personas normales", argumenta.

Y preguntado por el secreto de su longevidad, plasmada en sus 36 años de carrera, Dickinson dijo con tono bromista que la clave del éxito consiste en "tomar mucho después de los conciertos".

EFE