Estas eran algunas de las artimañas que muchos empleaban en los años del colegio para lograr pasar exámenes. Esperamos que estas costumbres ya se te hayan quitado.

Trampas
8 Trampas que hiciste para aprobar en la escuela | Fuente: lifeboxset.com

Debes confesar que has cometido muchos errores durante tu vida. Quizás algunos de ellos tengan que ver con la honestidad al momento de dar tus exámenes en la escuela. El miedo a reprobar y al castigo de tus padres puede haberte hecho considerar la trampa como una salida.

Aquí hicimos una lista de las trampas más clásicas para pasar los exámenes que quizás tú también usaste en tu etapa de colegial.

1. ESCRIBIR LAS RESPUESTAS EN TU CUERPO

Desde las manos hasta las piernas, pasando por los brazos y todo lugar discreto que pudieses ver durante el examen.

2. EL PLAGE EN LA ROPA

Los hombres lo escondían debajo de las mangas o en el bolsillo de la camisa. Las chicas, en las mangas o en las faldas.

3. CAMBIO DE EXAMEN

Solo debías evitar que la profesora te viera hacer el cambio. Ah, y conseguir algún compañero que además de tener inteligencia te quiera tanto como para ahcerte ese favor.

4. EL BORRADOR CON MENSAJE

No podías pasarte papeles ¡Pero sí prestarte un borrador! Ese era el elemento perfecto para pasar las respuestas. También servían los tajadores con tachito.

5. LOS CÓDIGOS DE GESTOS

Si en tu salón eran más sofisticados, podían pactar un código de gestos. 5 o 6 de ellos, dependiendo de la cantidad de opciones para cada pregunta, podían ser la diferencia entre jalar y aprobar misteriosamente.

6. EL PERMISO PARA EL BAÑO

Algunos profesores lo prohibían de plano, pero si tenías la suerte de ir al baño, seguro tenías preparado un papel de ayuda memoria para buscar las respuestas.

7. EL LIBRO BAJO LA CARPETA

Si eras osado, podías poner el libro bajo tu mesa y revisarlo mientras el profesor no veía. Si lo encontraban podías considerarte jalado.

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8. LA LECTURA DE LEJOS

Si tu última oportunidad era fijarte lo que escribía tu amigo del costado, debías estirar un poco el cuello y tratar de descifrar lo que había escrito en su examen.

Ojalá, con la madurez adquirida de los años, hayas notado que mentir y hacer trampa no servía de nada, cuando lo importante era aprender. Por si no pasó eso, la tecnología moderna puede ser una barrera más poderosa para volver a intentarlo. Para muestra un botón.